La clave para adelgazar reside en no renunciar al placer de platos ligeros y sabrosos que puedan compartirse con el resto de amistades.
Uno de los propósitos más populares que se plantean millones de personas al comenzar el año nuevo es adelgazar e incluso antes de finalizar el año, pocos meses después la mayoría se da cuenta, que ésta es una de las metas más difíciles de conseguir en la vida. Es conveniente centrar la atención tanto en el peso como en el volumen y para conseguirlo, no se trata de quitar esos kilos de más por obra de magia, sino de aprender a adelgazar, la alianza entre la voluntad y la ciencia es fundamental para perder grasa corporal. El éxito está en la disciplina.
CUÁNDO, CÓMO Y QUÉ COMER:
Comer es una función cerebral compleja que comprende aspectos químicos, fisiológicos, psicológicos, emocionales, culturales y educacionales.
Cualquier dieta hipocalórica estándar limita el acto de alimentarse, una dieta disociada , hiperproteica o cualquier otra dieta "milagrosa" rompe con la cultura inmersa en los hábitos alimentarios de cada individuo.
Por este motivo, vale la pena aprender a adelgazar de forma individual, contemplando una nueva forma de comer de forma sana y equilibrada y que sirva de herramienta saludable para utilizar a lo largo de los años, comer bien adelgaza y comer mal engorda. La clave reside en adelgazar sin renunciar al placer de platos ligeros y ricos que puedan compartirse con el resto de personas, sin tener que estar de régimen la mitad de la vida.
Conviene perder la grasa corporal y el exceso de líquidos atendiendo a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud:
de forma paulatina y lentamente ( de 500 gramos a 1 kilo por semana). para estar más informado en como poder adelgazar de forma sana puedes visitar este blog: lo que dice la ciencia para adelgazar. El hecho de tomar menos kilocalorías diarias no es suficiente para conseguir la meta. Se debe comer 5 veces al días para acelerar tu metabolismo, además es fundamental comer lentamente, hábito que mejora la digestibilidad de los alimentos, hace comer menos, ya que da tiempo a que aparezca la sensación de saciedad en el cerebro y permite conseguir un constatado beneficio psicológico al respetar el ritmo de un acto con el que se debe disfrutar.
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